Proceso de formación del estado moderno:

En la formación del Estado moderno, el objetivo del príncipe era construir nuevas entidades territoriales, tal como eran descritas por Hobbes, Maquiavelo o Bodino en algunas de sus obras, donde justificaban la necesidad humana de instaurar un poder estatal que sacara al ser humano del estado de naturaleza. Por otro lado, la supeditación del poder terrenal al poder espiritual sería objeto de conflicto, hasta la formulación teórica del Estado moderno, que asentaría nuevas bases teológico-políticas. Por su parte, Weber habla sobre la secularización del poder político, pero será Maquiavelo quien vincule el poder político a la organización estatal, retomando en su defensa el Estado, la virtud cívica del estado-ciudad griego y romano. Sus aportaciones pretendían lograr orden y estabilidad política, para lo que ofrecía técnicas de gobierno, en las que los objetivos eran prioritarios a las consideraciones morales. En “El Príncipe” defiende la concentración de poder en manos de la monarquía como solución a sociedades corruptas. Asimismo, otra importante aportación teórica del Estado fue la de Hobbes, y de su fundamentación absolutista. Hobbes analiza la naturaleza humana para conocer la conducta de los hombres. En dicho análisis, Hobbes suscribe la existencia de leyes naturales, por las que el hombre se prohíbe hacer aquello que es destructivo para sí y los demás. De esa forma, el hombre, que tiene unos derechos anteriores a los de la organización estatal, los cede a una persona (Leviatán) y mediante un pacto, se alcanzará la paz. Por tanto, la organización estatal nace de un pacto, siendo Hobbes quien lo explicite.
En el plano económico la aparición de la actividad mercantil influyó considerablemente en el nacimiento del Estado, pero precisaba un marco jurídico que garantizara la actividad económica. Asimismo, el factor económico era importante, pero se encontraba estrechamente vinculado al político, esto es, a la existencia de una organización administrativa y fiscal que generase seguridad en la producción y tráfico de mercancías.
Estos otros factores contribuirían a la formación de esta nueva realidad organizativa de estado; durante los siglos XVI y XVII, emergió gran interés por el conocimiento científico, en base a la idea de progreso y espíritu racionalista. El desarrollo del conocimiento y progreso tecnológico avanzaba paralelamente a las necesidades del nuevo orden. Se llevó a cabo el desarrollo de la geografía y de la astronomía, así como avances en las técnicas de navegación, progreso de la medicina, ampliación de las relaciones comerciales, organización burocrática jerarquizada, así como nuevas formas de guerra. Por otro lado, las necesidades que la nueva organización política demandaba para su consolidación permitían mantener los territorios bajo la soberanía del monarca.
Se vincula la importancia de la guerra en la formación del entramado estatal, con novedades técnicas y organizativas, así como creación de ejércitos. En palabras de Hintze, se convirtió en la rueda motriz que impulsaba la actividad política del estado moderno. Las transformaciones de orden religioso conducirían a que, tanto católicos como protestantes, dotasen al estado de legitimidad, encontrando en ello la subsistencia, ya que la salvación eterna dependería de la iglesia, pero la salvación histórica de la iglesia depende del Estado, pues el refuerzo del poder estatal avala el orden frente al caso.
Papel que juega el pensamiento canonista:
En la Europa medieval se dan dos concepciones distintas; la universalista y la particularista, entre las cuales se dan ciertas tensiones. En cuanto a la concepción universalista -de la que se habla en el artículo de Alejandro Torres- y desde un punto de vista teológico, cada religión -en términos generales- pretende que sus doctrinas sean contempladas como las únicas ciertas. Y a nivel político, se trata de territorios (Estados) que intentan expandir y concentrar su poder, mediante las políticas imperialistas. Frente a la visión universalista (imperium mundi) surgirá un movimiento nacionalista centrífugo que constituirá el nacimiento de los estados modernos (estado soberano). Para ello será necesario desmantelar el feudalismo y llegar a una nueva estructura de organización política más centralizada, para lo cual -además- se procedió a la elaboración de una serie de conceptos teóricos que caracterizarían el núcleo doctrinal sobre el cual se procedería a la elaboración dogmática de la idea de Estado (Maquiavelo y Bodino), con lo cual se pasa de una visión universal, en la que el emperador se entiende como “dominus mundi”, a otra en que se considera un imperialismo del pontífice (imperium spirituale), en donde ambas individualidades son factibles, esto es; poder imperial y poder eclesiástico, los cuales se alzaban líderes al Emperador y al Papa. En este sentido, el Papado contribuirá a la intensificación del proceso de nacionalización existente en Europa.
El imperio medieval se trata de una institución eclesial, subordinada al Pontífice, sin embargo se va produciendo una progresiva secularización del pensamiento, en base a los estudios de Aristóteles (año 1200), y a partir del siglo XV se procede a defender (inicialmente por parte de juristas franceses) la independencia del Emperador frente al Pontífice mediante la fórmula “Rex imperator in regno suo est”, (tesis que se trasladaría posteriormente a Italia), cuyo fundamento se da, por una parte en el derecho especial (feudal), y por otra parte en el derecho común. Y su contenido implica trasladar a cada Rey (en el ámbito de su territorio) los poderes que le venían siendo tradicionalmente al Emperador, otorgándosele además legitimación a los ordenamientos particulares, válidamente justificados frente al derecho común. En cuanto a la independencia del Rey frente al emperador supondrá el debilitamiento del poder del Emperador a favor de los reyes (exclusividad de poder), y la plenitud del poder pasará a ser predicada por todos los reyes que se van colocando frente al poder político.
En España, es importante la aportación de las Siete Partidas de Alfonso X (el Sabio), cuya fórmula muestra paralelismo con el concepto rex imperator in regno suo, anteriormente explicitado, esto es; atribuir al rey de Castilla los mismos poderes que tiene el Emperador en materia temporal. Asimismo, también en Castilla (nuclo o centro medieval del futuro concepto de España), se lleva a cabo una elaboración científica de lo que un día se conocería como soberanía. Finalmente, el pensamiento teocrático dificultó el progreso hacia el “Estado moderno”. Por su parte, el papado se resistía a transferir parte de su poder temporal, que circunscribían tanto a los soberanos como al Emperador, Dicha intromisión abusiva por parte de la Iglesia dañó severamente su status y reconocimiento y supuso quizá la justificación de gran parte de las corrientes reformadoras y progresistas producidas en Europa con la llegada de la Reforma protestante. Por último, respecto de la aportación canonística, añadir que no se produjo un equilibrio en la elaboración dogmática del concepto de Estado, tal vez porque el pensamiento político fuese objeto de estudio de teólogos, lo cual significó una traba insuperable. Pero hemos de tener en cuenta la gran aportación a la ciencia política, esto es; la nueva fórmula; rex superiorem non recognoscens in regno suo est imperator, que significaba que el poder del rey en su territorio es igual al del emperador en el imperio, siempre que no reconociera superior alguno en lo temporal.
Lo que supone la teorización de la soberanía de Bodín a nivel político:

Los estamentos del eclesiástico (formado por los cargos y dignidad eclesiástica), el militar (formado por nobles y caballeros) y el real o popular (formado por los representantes de las ciudades y villas reales), junto con el príncipe en calidad de dirigente de Estado, se congregaban en las denominadas asambleas parlamentarias. El príncipe, por su parte, concedía privilegios a cambio de una serie de donaciones económicas y dictaba leyes (denominadas como; las pragmáticas), cada vez más ceñidas a sus objetivos. Asimismo, de forma progresiva, el intenso incremento de la autoridad y privilegio de exclusividad del soberano fue subordinando a los miembros de estamentos, quedando con ello el monarca exento de sometimiento a éstos, favoreciendo la instauración de la “monarquía absoluta”. Así, para esta nueva fase histórica, el soberano estará sometido tanto a la ley o voluntad de dios como a la ley natural. El príncipe no quedaría sujeto a leyes civiles (salvo excepciones), y puede anular leyes civiles sin la aprobación de sus subordinados, aunque si no hay motivo justificado para ello, el príncipe no debería proceder contra ellas.
* Bibliografía:
- JEAN-FRÉDÉRIC, Schaub “Sobre el Concepto de Estado”, en Ehu.eus, web site: http://www.ehu.eus/ojs/index.php/HC/article/view/5007/4875
- TORRES GUTIÉRREZ, Alejandro “Orígenes Canónico-Medievales del Concepto Moderno de Estado”, en Dadun.unav.edu, web site: http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/17159/1/IC_Especial_75.pdf
- FDEZ. FDEZ., “La Formación del Estado Moderno”, en Monografias.com , web site: http://www.monografias.com/trabajos-pdf4/genesis-y-evolucion-del-estado/genesis-y-evolucion-del-estado.pdf .
- Derecho en Red, “Historia del Derecho; Emperadores y Reyes, razones de una polémica”, en Historiadelderecho.es, web site: http://www.historia-del-derecho.es/2012/02/emperadores-y-reyes-razones-de-una.html
- Universidad Autónoma de Santo Domingo, “Las Ideas Políticas de Jean Bodin”, en Slideshare.net, web site: http://es.slideshare.net/randyariasc/las-ideas-polticas-de-jean-bodin
- Blogs de Universidad de Alicante; “Pensamiento Político”, en Blogs.ua.es, web site:
http://blogs.ua.es/bodin/pensamiento-politico-2/